En España, la gente suele encender la calefacción central en octubre y utilizarla a diario hasta marzo o abril. Esto coincide con el cambio de hora, la bajada de las temperaturas y el pago del combustible para la calefacción.
La calefacción de los hogares representa más del 70% del consumo energético de las familias. Por ello, reducir esta cifra -manteniendo los hogares lo suficientemente calientes- no sólo reduce las facturas de energía, sino que ayuda a cumplir los compromisos de reducción de carbono que el gobierno de España está obligado a cumplir.
Las cifras más recientes muestran que 1,38 millones de hogares en España se encuentran en situación de pobreza energética, lo que significa básicamente que casi el 11% de los hogares españoles no pueden permitirse el lujo de calentarse. Pero aunque la magnitud de este problema es importante, no todas las soluciones tienen por qué ser complejas y costosas. Por eso, aquí tienes 10 sencillos consejos para mantener tu casa caliente por poco o ningún coste adicional, justo a tiempo para ese aviso de mal tiempo.
1. Utiliza las cortinas
El calor del sol es gratis, así que aprovéchalo. Abre las cortinas y deja que entre la luz del sol durante el día para aprovechar este calor gratuito. Cuando oscurezca, cierra las cortinas, que actúan como otra capa de aislamiento y mantienen el calor en las habitaciones. También debes asegurarte de que no hay fugas ni huecos para que el aire caliente se quede dentro y el frío fuera, lo que también ayuda a reducir la condensación.
2. Utiliza temporizadores en tu calefacción central
El Centro para la Energía Sostenible aconseja que programar la caldera para que encienda la calefacción un poco antes -por ejemplo, 30 minutos antes de levantarse por la mañana- pero a una temperatura más baja es más barato que encenderla justo cuando la necesitas a una temperatura más alta. Esto se debe a que una caldera se calienta a una velocidad constante, tanto si se ajusta el termostato a 20 °C como a 30 °C. Pero no cometas el error de dejar la calefacción a baja temperatura todo el día, porque entonces estarás pagando por el calor cuando no lo necesitas.
3. Mueve el sofá
Puede que te siente bien tener tu asiento favorito frente al radiador, pero está absorbiendo un calor que podría estar calentando tu casa. Si lo alejas del radiador, el aire caliente podrá circular libremente. Lo mismo ocurre con las cortinas o la ropa que se seca: aléjalas del radiador para aprovechar al máximo la fuente de calor.
4. Maximiza tu aislamiento
Cuando se trata de calor, alrededor del 25% se pierde por el techo. Esto se puede reducir fácilmente instalando 25 cm de aislamiento en el techo. También merece la pena ver qué pasa en las paredes, ya que alrededor de un tercio del calor de una casa sin aislamiento se pierde por esta vía. Aunque su instalación no es tan barata como la del aislamiento de techo, el aislamiento de las paredes de la cavidad podría ahorrar hasta 160 libras al año en las facturas de calefacción. También merece la pena consultar a su proveedor de energía para ver si tiene algún plan de aislamiento en marcha, que a veces puede suponer una instalación barata o gratuita.
5. Abrígate bien
Si tienes un depósito de agua caliente, asegúrate de que está bien aislado. Así el agua se mantendrá más caliente durante más tiempo y se reducirán los costes de calefacción. La Comunidad de la Energía calcula que aislar un depósito de agua sin aislamiento podría ahorrar hasta 100 € al año, pero incluso la simple actualización de la «vieja chaqueta» de tu depósito te ayudará a ahorrar dinero.
6. Bajar el dial
Esto puede parecer un poco contrario a la intuición, pero sígueme la corriente. La Organización Mundial de la Salud recomendaba anteriormente una temperatura mínima de 21 °C en el salón, pero Public Health England la revisó a 18 °C en 2014. Y los estudios demuestran que bajar el termostato 1 °C puede reducir la factura de la calefacción hasta un 10 %. Así que mantén el dial a 18 °C, ahorra dinero y evita los impactos negativos de un hogar frío.
7. Bloquea las corrientes de aire
La organización Energy Saving Trust calcula que si haces tú mismo el bloqueo de las corrientes de aire en puertas, ventanas y grietas en el suelo podrás ahorrar 25 € al año. Puedes hacerlo tú mismo por muy poco dinero. Los sellos de goma autoadhesivos alrededor de las puertas y ventanas y los protectores contra las corrientes de aire son relativamente baratos y fáciles de instalar. Así que merece la pena sellar esas puertas y ventanas antes de que llegue el invierno.
8. Instalar válvulas termostáticas en los radiadores
Una investigación de la Universidad de Salford ha demostrado que la instalación de controles de calefacción y válvulas termostáticas para radiadores permite ahorrar un 40% de energía en comparación con una casa sin controles. Estos controles permiten programar la calefacción para que se encienda a horas predefinidas, de modo que sólo se consume energía cuando se necesita. Los nuevos termostatos inteligentes también se pueden controlar a distancia a través del móvil, de modo que puedes encender la calefacción de camino a casa, asegurándote de que esté bien calentita cuando llegues.